Todo empezó cuando entré en la cocina y me encontré un par de mandarinas pochas y dos manzanas en el fondo del frutero....
Da pena ¿verdad? Es que la fruta de invierno es tan sosa!! No me gusta nada y, como suele pasar, el destino es cruel y acabé con unas 25 manzanas en el cajón de la nevera. Obviamente tenía que hace algo con esas manzanas ecológicas y fantásticas que, además, son un regalo de la Marica.
Decidí hacer un pà de pessic (bizcocho) de manzana, pero hace poco ya hicimos uno y no me apetecía. Así que pensé en aprovechar una lámina de hojaldre que iba a caducar en unos días, pero, de nuevo, no tenía molde para hacer la tarta... lo que sí tengo son moldes de muffins, así que decidí hacer tartaletas individuales con natillas y compota de manzana con canela.
Esta es la receta que he seguido, suelo trabajar "a ojo" pero voy a intentar poner alguna medida para dar una referencia, aunque recomiendo seguir la intuición de cada uno y disfrutar siendo lo más creativo posible!
INGREDIENTES
Para la compota de manzana:
- Las manzanas que tengáis por ahí.
- 2-3 cucharadas de azúcar (preferiblemente integral) o algún sirope o melaza. (Yo utilicé sirope de ortiga casero, que endulza pero no empalaga, las manzanas ya son dulces!)
- Canela en rama o en polvo.
- La ralladura de la piel de medio limón (sólo la parte amarilla, que lo blanco amarga)
- Un pizquita de cardamomo molido (esto no es imprescindible, pero queda muy bueno)
- Un poquito de agua.
Para las natillas
- Un vaso y medio de leche.
- 3 huevos
- 3 cucharadas de harina de maíz (Maicena)
- 3 cucharadas de azúcar (si se es goloso se puede poner alguna más)
- Esencia de vainilla o la raspadura de una vaina de vainilla (esto último mucho mejor!)
Para las tartaletas:
Un rollo de pasta de hojaldre fresca, así de fácil!
PREPARACIÓN
Lo primero es la comporta de manzana, que tarda un ratico. Se pelan y se trocean las manzanas en cuadraditos pequeños, como cuando hacemos una tortilla de patatas. En una olla ponemos un par de dedos de agua, echamos el azúcar (o la melaza o el sirope) y añadimos las manzanas troceadas. Espolvoreamos la canela (o metemos la ramita), el cardamomo y la ralladura de limón. Tapamos la olla y lo dejamos a fuego lento vigilando que no se pegue el fondo. Las manzanas soltarán mucha agua, por eso, cuando notemos que los trozos empiezan a deshacerse (necesitaremos al menos una hora), destapamos para que empiece a evaporarse el agua. Yo preparé esto con un día de antelación y lo tuve al fuego casi tres horas. Sabréis que está hecha cuando haya trocitos de manzana y también partes desechas, sobretodo, que no quede demasiada agua. Como referencia podéis ver cómo me ha quedado a mi.
Mientras se hacen las manzanas, podemos preparar las natillas, han de ser bastante compactas para que se aguanten cuando mordamos las tartaletas. Si veis que no espesa suficiente, podéis añadir más harina. Supongo que ya lo sabréis, pero por si hay algún despistado, las salsas con harina espesan cuando la mezcla empieza a hervir, no antes, así que esperad a que hierva para ver qué tal está de espesor.
Así me quedaron a mí, el espesor es el correcto! |
Ahora es el momento de encender el horno a 200º, arriba y abajo y sin ventilador.
Reservamos las natillas y vamos a por la masa de hojaldre. La abrimos y la extendemos sobre el mármol con el papel antiadherente que trae. Con ayuda de un vaso que tenga un diámetro mayor que el de los moldes de muffins, recortamos círculos.
Forramos los moldes con la masa y la pinchamos con un tenedor para que no so hinche. Si utilizáis moldes de silicona no hace falta engrasar, si utilizáis directamente la bandeja metálica (yo lo he hecho con dos pasteles porque me sobraba masa) podéis engrasarlos o espolvorear harina para que no se pegue.
Los restos de masa que quedan se aprovechan, claro está, hacemos una bola, espolvoreamos un poco de harina y extendemos de nuevo con el rodillo para repetir la operación de los moldes.
Es mejor no manipular demasiado el hojaldre, no es fácil de extender, luego se va encogiendo poco a poco, pero no queda otra, paciencia y, mi consejo, yo ponía el circulo en el molde y lo extendía con el dedo o una cuchara para que se pegara bien a los bordes y no se encogiera.
Cuando tengamos todos los moldes con la masa, le añadimos una cucharada (más o menos) de natillas, que rellene 3/4 partes del espacio.
Añadimos a hora la compota de manzana, rellenando los moldes hasta el borde del hojaldre.
Ahora sólo queda meterlo en el horno! A mi se me cocinó en una media hora. Los últimos 5 minutos puse el horno sólo arriba para que se doraran por encima un poco.
y voilà!!
Están buenísimos!!
Algunos trucos y consejos
Yo que soy un poco bruta, siempre hago comida de más, así que me ha sobrado compota y natillas. La manzana hervida me la cocinaba así mi madre cuando estaba malita de la barriga y no quería comer, así que siempre os la podéis comer de postre o para merendar, sino podéis utilizarla como mermelada encima de las tostadas, a mi me encanta con una capita fina de crema de cacahuete, el contraste dulce salado queda genial!
Las natillas también pueden reinventarse, se vuelven a poner al fuego y, removiendo con la varillas, vamos añadiendo leche, no mucha!! han de quedar como natillas, no como batido! Yo las he puesto en un vaso y encima le he puesto una capa de compota de manzana. Seguro que el Darko se las zampa nada más descubrirlas!
Bueno, espero que estos días de navidad, si tenéis tiempo y no estáis empachados, cocinéis estos Pastéis de Belém Mutantes! en Eslovenia no hay turrones ni polvorones, así que no es ninguna aberración hacer otro tipo de dulce, sobretodo si es casero, se agradece!